"Potente, expresivo y muy intenso es el fruto de nuestra tierra"

 

Bodegas Santa Rufina está situada en el término vallisoletano de Cubillas de Santa Marta y está adscrita a la D.O. Cigales.

 

Bodegas Santa Rufina es una empresa familiar creada en 1997, aunque no comienza su andadura en los mercados hasta el año 2003.

 

Partiendo de un término situado en las terrazas del río Pisuerga, nuestros Pagos de Sallana, muy apreciados en la Denominación de Origen Cigales, son idóneos para la madurez de la uva, por la climatología y por el terreno cascajoso, muy propicio para desprender durante la noche el calor acumulado a lo largo del día.

 

Los suelos son arenas, calizas y gredas yesíferas, que reposan sobre arcillas y margas. Se presentan carentes de materia orgánica (de 0,7% a 1,6%), con una cantidad de caliza variable (entre 1% y 35%), suficiente potasio, poco fósforo y un pH de 8,1.

 

El clima es continental con influencia atlántica, con fuertes oscilaciones térmicas, tanto entre el día y la noche, como a lo largo del año, lo que favorece la síntesis de polifenoles. La zona presenta gran irregularidad pluviométrica: 407 mm. en 93 días y una fuerte sequía estival. Los inviernos son crudos y largos con vientos de Poniente. La insolación media es de 2616 horas y la temperatura media de 12,2º C (máximas de 39º C y mínimas de  – 6º C).

 

La propiedad dispone de 90 Ha. de viñedo, de las cuales el 80% es de tempranillo, el 10% de merlot, el 5% de cabernet sauvignon y el 5% restante de las variedades blancas verdejo y albillo.

 

Los majuelos están situados en su totalidad alrededor de la bodega, lo que permite tiempos mínimos entre el momento del corte de la uva en la época de vendimia, hasta la recepción y procesado de la misma. De las 90 Ha. de viñedo el 40% corresponden a viñedos centenarios.

 

La bodega dispone de los medios tecnológicos necesarios para asegurar una elaboración cuidada: depósitos de acero inoxidable, control de temperaturas y moderna línea de embotellado. Elaboración de 500.000 botellas.

 

Los rosados se elaboran con mezcla de uvas blancas y tintas en estudiada proporción, a bajas temperaturas y por el tradicional método del sangrado.

 

Los tintos se fermentan a temperaturas controladas, con tiempos largos de encubado y abundantes remontados, con el fin de extraer de la uva, todas las buenas características que han nacido del esmerado cuidado puesto en el cultivo del viñedos.